jueves, 5 de abril de 2012

Arregle la Casa que tenemos Visita!


Ya hemos estado bombardeados el último mes con las distintas noticias alrededor de la visita del presidente de EE.UU Barak Obama a Colombia que se realizará en abril, pero más allá de su visita, lo que debería preocuparnos es la forma en la que todo parece funcionar con tanto orden y eficiencia cuando nos dicen que un extranjero importante viene a visitar nuestro país. No me juzgue, no me quejaría si las reformas tanto sociales como estructurales que se están realizando por la visita del mandatario fueran trascendentes y duraderas. Pero hasta donde he visto y oído los cambios que se realizarán en el país no son más que una delgada capa de maquillaje para que el señor Obama no note que el país se hunde en los males del tercer mundo. “Que las calles de Cartagena (lugar donde se quedará el mandatario estadounidense) no están bien construidas.” Pues  ya está “solucionado” pues se ha invertido un gran presupuesto en materiales perecederos para mejorar las calles, el problema que no tenemos en cuenta es que estos materiales perecederos durarán con suerte un mes más después de que el presidente Obama abandone el país y después de eso las calles quedarán peor que antes. Ejemplos como este encuentro muchos, como que el hotel donde se hospedará haya tenido que modificar su planta física para que junto con él se pueda quedar la horda de guardias que protegerán al mandatario 24/7  mientras se encuentre en Colombia, o que se le haya planeado dar un regalo a modo de ofrenda como si este fuera algún tipo de Dios vengativo al que se necesita apaciguar.
Pero lo que más me molesta es que como ciudadanos seamos capaces de alcahuetearle este tipo de gastos innecesarios al país simplemente para que cuando el presidente Obama llegue no tenga que enfrentarse con la cruda realidad que muestra que más allá del narcotráfico y los grupos guerrilleros, Colombia es un país que no tiene la infraestructura necesaria para la población que posee; que la delincuencia corrompe a los barrios humildes pues es más fácil costearse un puñal que un colegio, que los distintos mandatarios se dedican únicamente a las obras vistosas y no a las labores sociales pues se dieron cuenta que como pueblo preferimos los ídolos de barro a los hombres de bien. Y principalmente, y lo escribo con rabia en mi interior me irrita que prefiramos ocultar nuestros males a países como Estados Unidos y aparentemos ser un país de hombres felices mientras nos carcomen los errores que hemos cometido. No digo que roguemos por ayuda al país que en los últimos años le hemos entregado poco a poco el control económico de Colombia, pero pido que por lo menos, seamos consecuentes con nuestra realidad e invirtamos menos dinero en esconderla y más en solucionarla.

De: Mi Biblioteca privada de Artículos de Frustraciones y Banalidades varias.

Comprendiendo que su atención es desviada por la falta de imágenes aquí pongo algunas que no tienen nada que ver con el tema.





No hay comentarios:

Publicar un comentario