sábado, 26 de mayo de 2012

La felicidad para Jose.


El siguiente es producto de una tarea del colegio, me pareció que hace rato no escribia como me gusta escribir más. Así que aquí lo tienen. Es acerca de mi concepto de felicidad.

Se podría llegar a afirmar, aunque también podría estar equivocado, que la felicidad es el sentimiento humano más hermoso. No creo que todo el mundo esté de acuerdo con que sea el más hermoso de los sentimientos, pero (y de esto si no puede caber duda) todos debemos estar de acuerdo en que la felicidad es lo que es: un sentimiento. Tal vez puede que sea el más hermoso, como puede que no lo sea. Pero aquí nos podemos encontrar con otro problema. A mi modo de verlo hay diferentes tipos, o niveles, de felicidad. Tal vez también sea un poco arriesgado afirmar esto, pero es solo el modo de verlo de alguien, que al menos, cree haber sentido la felicidad un vez. Examinemos ahora estos diferentes tipos de felicidad.

Hay felicidad que viene y se va al rato. Es, por así decirlo, una felicidad pasajera. Es, por dar algunos ejemplos, esa “felicidad” que sientes al comerte un helado, al sentir el chocolate derritiéndose en tu paladar, al escuchar tu canción favorita al acabar un libro que parecía eterno, al ver tu show de televisión favorito, al reír, al dormir, al beber con sed, al bailar, al besar o abrazar a esa persona especial, al pasarla bien con tus amigos…etc. En resumen, es ese sentimiento alegre, caliente, reconfortante, feliz que llega a tu pecho cuando haces algo que te gusta por un momento. No dura para toda la vida, pero sí que se siente bien y te saca una pequeña sonrisa, al menos por lo poco que duró. 

Está, también, la felicidad (en muchos casos) eterna, o por lo menos que dura mucho, mucho, más. Por eso último es eterna, en algún sentido. También podríamos decir, si la sonrisa fuera la muestra corporal de felicidad en todos los casos, que es una razón para sonreír siempre. Recordemos que ya planteé un tipo de felicidad o alegría que es finita. Esta, por el contrario, no lo es, en la mayoría de los casos. La felicidad “infinita” es el sentido de la vida, es (en palabras de alguien espiritual) la iluminación, es la perfección en la vida, es haber cumplido tu mayor meta o propósito, es tu razón de vivir. Es cuando, en serio, puedas descansar en paz. Requiescat in pace. En este punto surge otro problema: ¿Qué pasa cuándo ni siquiera se sabe qué se quiere o cuál es el propósito de una persona en la vida? Tiene que existir, tal vez se puede descansar en paz al averiguar cuál era. O tal vez no sea sólo un gran propósito, sino muchos pequeños o medianos. Como por etapas de vida: así el propósito del joven es estudiar, el del adulto trabajar y sobrevivir y el del viejo morir y descansar. Pero también se pueden ver grandes: ayudar al prójimo, encontrar lo que se le puede llamar “el amor verdadero”, lograr conocerse a sí mismo, crear una familia y mantenerla, ayudar al planeta y/o a la sociedad, en fin. Motivos de vida hay muchos, y cuando al fin se logre alguno, debería ser razón suficiente para sonreír y descansar en paz.

Al fin y al cabo es estar tranquilo y feliz por estarlo. Haber logrado algo grande, independientemente de qué sea. Todas las cosas de la vida son partidas de un juego que siempre cambia y sus metas son distintas, lo importante es el premio, si logras llegar a la meta: la felicidad.



NOTA: Si, si, si, si, si ¡si! pensé en alguien en especial al escribir esto, alguien que ultimamente ha llenado mi vida de lo que parece ser esta felicidad "eterna". Y por ahora no necesito ninguna meta de vida, con tenerla a ella es suficiente. ( ay si, tan cursi Jose)

Y como siempre, May the force be with all of you, mortals.

PD: Feliz día (atrasado) del orgullo Friki.

No hay comentarios:

Publicar un comentario